En las inmediaciones de La Alfranca se encuentra este singular espacio natural protegido perteneciente a la Red Natural de Aragón y, en cuyo interior, coexisten varios ecosistemas ligados a la dinámica fluvial del río Ebro.
Declarada en 1991, cuenta con una superficie de 1.537 hectáreas y 1.570 de zona periférica de protección. Preserva uno de los tramos mejor conservados del río donde sotos, galachos, mejanas y campos de cultivo albergan importantes colonias de aves.
El término galacho corresponde, en el acervo popular aragonés, a un meandro. En concreto, el de La Alfranca es uno de los varios que conforman esta reserva. Un escenario natural cambiante a causa de su proximidad con el río, la acción del hombre y la evolución del ecosistema.
Con el fin de concienciar, sensibilizar y educar a los visitantes de la reserva, desde el inicio de la declaración se desarrollan programas de educación y sensibilización ambiental dirigidos por un equipo experimentado de educadores ambientales.