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El Jardín de rocas representa la conexión entre arte y naturaleza, entre simbolismo y arquitectura, entre lo material y lo espiritual. Construido en 2008, este jardín diseñado a base de diferentes tipos de rocas, se extiende por una gran superficie invitando al visitante a recorrer sus rincones.

 

El patrimonio geológico aragonés se muestra a través de una serie de rocas dispuestas en círculo simulando una estructura megalítica tipo ‘cromlech’. Junto a las rocas se pueden encontrar paneles informativos con descripciones sencillas relativas al origen, antigüedad, usos y curiosidades.

 

A medida que avanza por el jardín, el visitante descubre una vertiente lúdica que invita a jugar; en concreto, al juego de La Oca. Así, a medida que se avanza, el jugador encuentra la casilla del pozo, la del puente, la del laberinto o la de la cárcel. Obstáculos que tendrá que superar si se quiere terminar el juego. Por último, sobresaliendo en mitad del jardín, una imponente torre-mirador de madera se eleva 20 metros, ofreciendo la oportunidad de disfrutar de una vista panorámica de 360º sobre la Alfranca y el tramo medio del valle Ebro.