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El conjunto arquitectónico de La Alfranca fue declarado Monumento Histórico Artístico por el Ministerio de Cultura el 7 de abril de 1982 y Bien de Interés Cultural por el Gobierno de Aragón el 5 de mayo de 2001.Lo componen tres edificios: el palacio de los Marqueses de Ayerbe, el convento de San Vicente de Paúl y las caballerizas. Todos ellos, correspondientes a distintos momentos constructivos y estilos arquitectónicos. La última rehabilitación de estos edificios se produjo a finales del siglo XX a cargo del Gobierno de Aragón.

 

Palacio de los Marqueses de Ayerbe

El palacio de los Marqueses de Ayerbe o Casa Palafox responde a un estilo neoclásico. Fue construido en el siglo XVII y su modelo de construcción es muy representativo de la época. De sobrias proporciones, destaca su fachada principal en la que sobresale un pórtico avanzado en la planta baja que pasa a balconada en la segunda. Envolviendo el palacio, se hallan los jardines históricos. Obras neoclásicas afrancesadas datadas del siglo XVIII y concebidas en dos ambientes. El jardín principal, ubicado frente a la fachada del edificio, y el jardín íntimo, en la parte trasera. Actualmente el palacio de los Marqueses de Ayerbe se destina a eventos, reuniones, exposiciones y sede administrativa.

 

Convento de San Vicente de Paul

Al este de la finca, el convento de San Vicente de Paúl se alza sobre el resto de edificios con un característico corte neogótico. Su construcción data del siglo XIX (1884). Se trata del edificio más tardío del complejo. Fue encargado por los Marqueses de Ayerbe y acogió a los Padres Paules hasta 1896. Concebido como una obra austera y funcional, el convento alberga en su parte baja una iglesia con planta de cruz latina, nave única y cabecera poligonal y un claustro central en torno al que se disponían las dependencias conventuales. En la actualidad, está destinado a espacio expositivo y acoge el Centro de Interpretación del Medio Natural de Aragón.

 

Caballerizas y Noria

A escasos metros del convento encontramos el edificio de caballerizas. Una construcción que, como su propio nombre indica, sirvió en el pasado a un fin puramente funcional. En su parte exterior podemos observar una serie de aberturas de medio punto sobre las que se disponen los óculos elípticos que dan paso al alero. Actualmente, este espacio se encuentra habilitado como acceso y punto de información al complejo arquitectónico.

 

No obstante, entre todo este rico patrimonio que posee La Alfranca cabe destacar un elemento en particular: su noria. Construida de ladrillo, junto a un torreón almenado, esta obra de ingeniería hidráulica representa en su conjunto una imagen de gusto “romántico”.