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La Alfranca cierra sus puertas este fin de semana hasta finales de enero

Centro del Medio Natural de Aragón (La Alfranca)

Las visitas a los galachos regresarán como es habitual a finales de enero y los centros de interpretación del Medio Natural de Aragón y del Agua y el Regadío volverán a abrirse al público.

A partir de este fin de semana, 17 y 18 de diciembre, La Alfranca cierra sus puertas al público. Lo hará durante un mes aproximadamente, coincidiendo con la temporada navideña. Un parón que servirá para poner a punto las instalaciones de cara a la próxima campaña que arrancará con la presentación del programa de actividades de otoño 2023.

Se prevé que la finca vuelva a estar abierta al público el último fin de semana de enero. A partir de entonces, se retomarán las habituales visitas guiadas a la Reserva Natural Dirigida de los Sotos y Galachos del Ebro. Un recorrido guiado por un educador ambiental a través del que se recorre una zona restringida de este Espacio Natural Protegido. A partir de entonces, las visitas se realizarán todos los fines de semana y festivos en tres pases: 10:15h || 12:30h || 16:00h.

Además, desde finales de enero, volverán a ser visitables el Centro de Interpretación del Medio Natural de Aragón, dedicado a la divulgación de los valores naturales de los diferentes ambientes y ecosistemas de nuestra región, como el Centro de Interpretación de la Agricultura y el Regadío, dirigido a acercar la evolución de las técnicas agrícolas a lo largo de la historia, podrán visitarse de forma libre y gratuita en horario de 10.00h a 14.30h y de 15.30h a 18.00h.

Esta oferta habitual se complementará con el programa de actividades especiales que se anunciará en las próximas semanas.

Búscate en las fotos de la carrera Ebrovida en La Alfranca

Unos 200 corredores pasaron por la finca agroambiental como parte del recorrido de la 21k en la sexta edición de la Ambar Ebrovida La Cartuja – Movera – La Alfranca












La Alfranca se prepara para acoger la sexta edición de la carrera Ambar Ebrovida

Corredores en el tramo de La Alfranca 2021

Este domingo 20 de noviembre, la finca volverá a acoger un evento deportivo que reúne a más de 1.000 corredores y numerosos espectadores.

En La Alfranca ya está todo preparado para acoger, este domingo 20 de noviembre, una de las citas deportivas más importantes del año. La carrera Ambar Ebrovida La Cartuja – Movera – La Alfranca celebra su sexta edición con su habitual prueba de tres modalidades: 5k, 11k y 21k y una importante novedad: la incorporación de una andada popular de 5 kilómetros para aquellos que quieran sumarse a esta cita deportiva.

El recorrido de la carrera atravesará zonas como el Anillo Verde, la pasarela del Bicentenario o la Reserva Natural de los Sotos y Galachos del Ebro, espacio natural protegido de la Red Natural de Aragón y, por supuesto, la finca de La Alfranca en donde transitarán por los jardines del Palacio de Los Marqueses de Ayerbe, entre otros. Para alcanzar el punto de meta, los corredores deberán atravesar la finca La Alfranca donde, como es habitual, encontrarán puntos de avituallamiento.

El punto de salida y meta estará ubicado en el camino Huerta Honda de La Cartuja Baja, en las inmediaciones del pabellón municipal, donde se dispondrán todos los servicios y se ofrecerá una comida popular al finalizar. El evento, organizado por la Junta Vecinal de La Cartuja Baja y el Club Deportivo Los Galachos, cuenta este año con el patrocinio de Ambar bajo la dirección técnica de Fartleck Sport y la colaboración de otras muchas empresas e instituciones como La Alfranca, Gobierno de Aragón o Zaragoza Deporte.

Según datos oficiales, en esta edición el número de inscritos se sitúa en torno a los 990, de los cuales 290 correrán en la modalidad 21k. La hora de salida será la 10.00h desde La Cartuja.

Toda la información del recorrido, las salidas y la normativa en www.carreraebrovida.com.

Más de 3.000 personas visitan la exposición La Vida Franca, un homenaje a los colonos de La Alfranca

La muestra etnográfica,  inaugurada el 2 de abril, se despide tras hacer un recorrido por la historia de las familias de colonos que vivieron en la finca agrícola a mediados del siglo XX.

Esta bici era utilizada por los colonos de La Alfranca

La exposición etnográfica ‘La vida Franca’ se despide tras siete meses abierta al público. La muestra, por la que han pasado más de 3.100 personas, ha permitido revivir la historia de las decenas de familias de colonos que se asentaron en la finca agrícola de La Alfranca en torno a los años 50, 60 y 70. La sala Agustina de Aragón, ubicada en el Palacio de los Marqueses de Ayerbe, ha acogido este recorrido histórico que, a lo largo de diferentes espacios, reconstruía escenas costumbristas de la época, recreando alguna de las estancias de las viviendas de los colonos y recuperando elementos de su vida cotidiana. Sin embargo, uno de los elementos que más emoción ha provocado entre los visitantes han sido los testimonios grabados a los propios colonos que trabajaron y vivieron en la finca.

La exposición, promovida por la Dirección General de cambio Climático y Educación Ambiental del Gobierno de Aragón y llevada a cabo por la comisaria Mercedes Bueno Aladrén,  buscaba poner en valor la historia de la finca y, en extensión, la de muchos pueblos de Aragón.  

Según la propia Mercedes Bueno, “esta exposición era necesaria porque recupera una parte de la historia de la finca La Alfranca que estaba pendiente de escribir hasta esta ocasión. Pone en valor y visibiliza la vida y los trabajos realizados por colonos y trabajadores de la finca durante el siglo XX, que aquí han salido a la luz con sus rostros y sus nombres y apellidos, así como las labores que realizaron”. Para dar a conocer todos los detalles de esa historia, Bueno ha llevado a cabo un total de 48 visitas guiadas personalizadas por la exposición a lo largo de estos meses. Un trabajo que le ha permitido “promover la mediación cultural y acercar las emociones al público”.

Para llevar a cabo esta exposición, Mercedes trabajó durante más de un año rescatando la historia de estos colonos y recuperando elementos antiguos de su vida, algunos de ellos en estado de deterioro.

Con ‘La Vida Franca, La Alfranca se despide de una de sus exposiciones más emocionantes  e identitarias. Una obra que recupera parte de su esencia y su razón de ser.